El gran avance tecnológico influye sobremanera en la progresión de las máquinas y en su presencia tanto en nuestro ámbito personal como en el laboral. El internet de las cosas, la impresión 3D, el Big Data, la realidad aumentada y virtual, la inteligencia artificial y la robótica colaborativa son las tecnologías que actúan como pilares no sólo de la industria 4.0, sino de prácticamente todos los sectores, desde el sector servicios hasta el agropecuario.
Esta implementación de la robotización provoca que las trabajadoras y trabajadores se vean afectados por los riesgos laborales.
En este aspecto hemos de señalar que la robotización puede generar riegos mecánicos (cortes, enganches, aplastamientos, etc.) debidos a la posible colisión entre el robot y la persona al compartir el mismo espacio de trabajo) trastornos musculo-esqueléticos (debidos a la posible imposición de ritmos de trabajo altos por parte del robot al trabajador o trabajadora) y riesgos psicosociales (miedo a perder el puesto de trabajo, estrés, etc.) debidos a la presencia constante del robot en torno a la persona.
Esta transformación sectorial se está realizando además a gran velocidad dado que nos encontramos en un mundo profundamente interconectado en el que la tecnología es muy poderosa.
Unida a la velocidad hemos de tener en cuenta la profundidad de los cambios, ya que no sólo cambia lo que hacemos y con qué lo hacemos, sino que también nos está cambiando a las personas, el cómo somos y cómo nos relacionamos, lo que tiene un gran impacto en las condiciones laborales y por tanto en los riesgos psicosociales.